Semana de quinchos variados: solidarios en la embajada de Uruguay, de comercio en el Alvear Icon. La victoria de Trump atravesó pasillos y corrillos. Tropa nutrida de veedores copó Washington pero vació el Congreso. Los gobernadores radicales almorzaron el Presidente, y hubo comentarios más jugosos que el lomo a la pimienta. Conan, la Maga y la postverdad.
Jolgorio en la Casa Rosada. La imagen de Javier Milei, parece, vuelve a crecer, según encuestadores que son más o menos confiables según cómo le den los números. En la viña libertaria celebran cuando alguna le da bien, y despotrican por la falsedad de las que le dan mal. En eso, este Presidente no es nada original y copia las reacciones de sus antecesores respecto al trabajo de hombres que suelen pifiarle en cada elección.
Pero el dólar estable, la inflación y el Riesgo País a la baja, el frente fiscal en orden son una realidad, como los más de u$s22.500 millones que ingresaron a estas pampas gracias al blanqueo, y que el Gobierno pide que se vuelquen a la economía real antes que al carry trade. Difícil bajar a los muchachos de la bicicleta, pero los dólares en la calle podrían empezar a habilitar la competencia de monedas, un sueño de las Fuerzas del Cielo. Y, por qué no, soñar con el fin del cepo que reclaman los empresarios y otros hombres de negocios.